
En los últimos años, diversos estudios han demostrado que las mascotas pueden tener un impacto positivo en la salud mental de las personas. Perros, gatos y otras especies han sido reconocidos como excelentes compañeros para reducir el estrés, la ansiedad y la depresión.
Expertos en psicología y bienestar animal afirman que la interacción con una mascota libera oxitocina, una hormona relacionada con el bienestar y la felicidad. “Tener una mascota en casa puede ayudar a reducir la sensación de soledad y mejorar el estado de ánimo. Además, la rutina de cuidado y el afecto mutuo generan un vínculo emocional positivo”, explicó la psicóloga Laura Méndez.
El impacto de los animales en la salud emocional ha llevado al crecimiento de terapias asistidas con mascotas en hospitales, residencias de ancianos y centros de rehabilitación. Estos programas han mostrado grandes beneficios, especialmente en niños con autismo y personas con trastornos de ansiedad.
A raíz de estos hallazgos, cada vez más familias deciden integrar una mascota en sus hogares, reconociendo no solo su compañía, sino también su capacidad para mejorar la calidad de vida.